La Física, materia de opción del bloque de asignaturas troncales del
segundo curso del Bachillerato en la modalidad de Ciencias, es esencialmente académica y debe abarcar
todo el espectro de conocimiento de la Física con rigor.
Esta materia cumple una doble finalidad:
La primera es de carácter formativo, de adquisición de conocimientos, ya que gran parte de sus
contenidos no se han tratado con anterioridad y suponen una continuación de la Física estudiada en
el curso anterior que está centrada en la mecánica de los objetos asimilables a puntos materiales y
en una introducción a la electricidad.
En segundo lugar, la Física, por su carácter altamente formal, proporciona a los alumnos y las
alumnas herramientas de análisis y reconocimiento muy eficaces que podrán ser aplicadas en otros
ámbitos del conocimiento, sirve para asentar las bases metodológicas introducidas en los cursos
anteriores y posibilita el desarrollo de nuevas aptitudes para abordar su siguiente etapa de formación,
con independencia de la relación que esta pueda tener con la Física.
La materia está estructurada en seis bloques.
El primer bloque de contenidos está dedicado como en el curso anterior a la actividad científica,
pero en este nivel se eleva el grado de exigencia en el uso de determinadas herramientas como son
los gráficos.
En los bloques correspondientes a las interacciones gravitatoria, eléctrica y magnética los conceptos
correspondientes a cinemática, dinámica y energía.
Los restantes bloques, ondas, óptica geométrica y la Física del siglo XX, son novedosos para el alumnado
en cuanto a que no han sido tratados con anterioridad.
Los fenómenos ondulatorios se estudian de forma secuencial. El concepto de onda se trata primero desde
un punto de vista descriptivo y seguidamente desde un punto de vista funcional. Como casos prácticos
concretos se tratan el sonido y, de forma más amplia, la luz como onda electromagnética.
La Física del siglo XX merece especial atención en el currículo de Bachillerato, tanto por la profunda
crisis que originó el hecho de que la Física clásica no pudiera explicar una serie de fenómenos y que llevó al
surgimiento, a principios del siglo XX, de la Física relativista y la cuántica, como por las múltiples repercusiones
que estas teorías han supuesto en la vida de los seres humanos.